jueves, 13 de junio de 2013

EDUCACIÓN, ENTRE REFORMA AMBIGUA Y UN SNTE DÉBIL


EDUCACIÓN, ENTRE REFORMA AMBIGUA Y UN SNTE DÉBIL

 Por: María Elena Ramos - junio de 2013 - 0:00

 INVESTIGACIONES, Investigaciones especiales - 11 comentarios  

 La Reforma Educativa de EPN sigue propuestas de la OCDE como: sin la amenaza de despido, los docentes no mejorarán. Pero el texto contiene más ambigüedades que ponen a la educación y al profesorado en vilo. Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).– Ante el consenso cuasi nacional de que la enseñanza en México es un desastre, una de las reformas más esperadas del gobierno de Enrique Peña Nieto fue la educativa. Sin embargo, persisten las dudas sobre sus verdaderos beneficios y alcances, en momentos en que, además, se mantiene en la ambigüedad. Lo que empieza a ser cada vez más evidente es la creciente debilidad del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que, en los últimos años, a diferencia del resto de las agrupaciones gremiales del país, no sólo no había perdido sino que había ganado poder político y de negociación frente a sus interlocutores, situación que aprovechaba para obtener ventajas para su cúpula y agremiados. Evaluar justamente a los profesores, es el primer paso para una reforma educativa. Sin embargo, con este punto incluido en el texto aprobado aún se está muy lejos de transformar verdaderamente la educación. “Fue un error de diagnóstico” de la Reforma Educativa apostarle tanto a la figura del profesor, como si él fuera responsable de todo el proceso enseñanza-aprendizaje. Además, no era necesario poner en peligro la estabilidad laboral de los maestros, punto que genera resistencia, porque es una amenaza muy fuerte”, considera Graciela Bensusán Areous, doctora en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estudiosa de las organizaciones sindicales, en especial del SNTE. La Reforma Educativa en México retomó la mirada de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para la cual condicionar la permanencia de los docentes en el aula a una evaluación positiva, es el elemento central de una transformación en la materia. Este organismo, conformado por las 34 naciones más desarrolladas del planeta, considera que “sin la amenaza de un despido, los docentes no van a poder mejorar”, dice Bensusán Areous. Esa visión ignora que la mayor parte de los problemas en la educación tiene que ver con otros factores que inciden en el logro educativo, como infraestructura, condiciones de vida, entorno familiar, etcétera, explica. Sergio Cárdenas Denham, doctor en Educación por la Universidad de Harvard, está de acuerdo en que la Reforma Educativa está totalmente centrada en el maestro. Para él, es más bien una “reforma legal”. Cárdenas Denham, también profesor-investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), considera que “si esta reforma legal es un primer paso para arrancar una reforma que toque los componentes del sistema educativo, aquellos que explican que un niño aprenda o no, es un buen inicio”. Pero, para concretar una verdadera reforma educativa, en algún momento se tendrán que abordar aspectos que están abandonados, como el tema de los contenidos, que no se ha discutido con suficiente profundidad; el rol del sistema educativo para mejorar la equidad; el tipo de maestros que se requieren para las poblaciones indígenas, para los alumnos de menores resultados, cómo hacer que los padres participen, etcétera. Explica que los finlandeses (punteros en los exámenes internacionales que aplica la OCDE) diseñaron una reforma educativa de largo aliento que duró más de 30 años, y que fue implementada de manera independiente de los fines políticos o ideología de los gobernantes. “Ahí sí se puede pensar en una verdadera reforma educativa”, considera. “En nuestro caso es una reforma legal. (Si se hace una adecuada evaluación de los profesores) se da un primer paso, (y) vamos a tener un poco más de control, probablemente mejores maestros, pero ello va a seguir siendo insuficiente si consideramos la desigualdad que hay en el país”. Graciela Bensusán, aclara, a su vez, que “por supuesto que la calidad del profesor o la manera en que ingresa a su plaza incide en la educación”. Sin embargo, estima que una reforma pensada seriamente, hubiera tenido en cuenta otros elementos, entre ellos la infraestructura educativa. Aunque “no tengo la menor duda de que el sistema educativo es una catástrofe, no se tenía que haber amenazado a los profesores”, considera. “No entendieron que era absolutamente innecesario poner la palabra permanencia. Se podían haber puesto una serie de condicionamientos al docente por la evaluación y no poner en peligro la misma Reforma Educativa”, dice. Además, sentencia, es una amenaza que no se puede cumplir, porque en anteriores evaluaciones, reprobaron aproximadamente siete de cada 10 profesores. “¿Podemos echar a siete de cada 10 maestros?”, pregunta. De acuerdo con las cuentas de la investigadora, basadas en el número de integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (aproximadamente un millón 500 mil) : “Unos 700 mil profesores tendrían que ser echados a la calle. ¿Con quién los vamos a reemplazar?”, insiste.

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